lunes, 11 de julio de 2011

Ruta del Loncco


A pocos minutos de nuestra ciudad de Arequipa, podemos encontrar vestigios arqueológicos, monumentos y casonas coloniales, exuberante flora y fauna, paradisíacas caídas de agua y manantiales y todo ello enmarcado por espectaculares paisajes; elementos naturales y culturales albergados por los pueblos tradicionales de: Chiguata, Paucarpata, Sabandía, Characato, Socabaya, Quequeña, Yarabamba, Pocsi Mollebaya, Polobaya, los cuales, tienen como elemento en común, la “identidad cultural” caracterizada por la presencia del “Loncco Arequipeño, persosonaje simbolizado por el sombrero de paja de ala ancha, que trabaja en el campo y forma parte del acervo cultural de Arequipa.


Characatos de Arequipa

De niños aprendimos que a los arequipeños se les debía llamar, con cariño, characatos. Bonita expresión que aludía a campiña, picanterías, revoluciones y miradas recias de caballeros de sombreros de ala ancha y rasgos mestizos. Lo characato resultaba consustancial a lo arequipeño, como el carácter convulso de sus hijos amamantados por la fuerza del Misti. Fatalmente con la urbanización de la ciudad y el traslado de lo rural (en el imaginario compartido) al Colca o a otros confines -Cotahuasi o la campiña de Majes.

Raíces del hombre arequipeño

Entonces Arequipa, la ciudad digo, se transformó en una “villa” colonial y los rezagos de un hispanismo que a duras penas sobrevivía se impuso para salvarla de la perdición. Arequipa se convirtió en Santa Catalina, en sus casonas de blanco sillar y susurros virreinales, en Cayma y Yanahuara. Las picanterías dejaron su lugar a una dulcería preñada de mazapanes y chocolates de indudable buena calidad. El rumor del Chili, los aromas de sus huertas y huertos se fueron diluyendo dramáticamente. Lo characato entró en extinción.


Una feliz iniciativa

Precisamente para evitar la desaparición de esa “especie”, un grupo de instituciones y municipalidades locales se ha consorciado para salvar una ruta cultural, la que conforma la cuenca regulada del río Chili, utilizando un nombre típicamente characato, La Ruta del Loncco. Como lo atestigua el propio Lombardi en el libro “La Ruta del Loncco, raíces del hombre arequipeño”, de los estudiosos Jorge Bedregal y Américo Martínez, “el vocablo loncco, además de hacer mención al hombre mestizo del campo, trata de connotar la antigua relación del hombre arequipeño con la tierra, el agua y el paisaje. El loncco hace referencia al origen andino y al carácter mestizo del poblador arequipeño”. Andino y mestizo. Lo colonial, en suma, como parte y no como todo de un proceso cultural antiguo y definido por lo local. Lo loncco como metáfora de lo characato de los viejos tiempos y también de los nuevos.
Rutas culturales
Interesante la idea de las rutas culturales, como la del pisco que algunos productores del aguardiente peruano no hace mucho implementaron en los valles del sur de Lima. Como dice el logrado libro sobre La Ruta del Loncco que nos envío José Lombardi, “hablar de rutas implica la búsqueda de integradores comunes de diversos espacios, como componentes temporales (específicamente históricos y culturales), continuidades económicas, ecológicas, étnicas y sociales; además de redes viales que permiten un diseño practico que implique la definición de “territorio”, y un camino que posibilite su circulación, el que llamamos ruta”. Vamos a recorrer la zona pronto. Se trata, finalmente, de un producto cultural (y turístico) innovador. Y necesario en el afán compartido de ir generando territorios geográficos con identidad propia.



Por la ruta del Loncco arequipeño

La ruta tiene como eje el conjunto de los pueblos que van desde Sabandía a Polobaya, integrando las campiñas de Socabaya y Paucarpata, extendiéndose a Chiguata y al Santuario de Chapi. En sus linderos encontramos pueblos tradicionales como Characato, Mollebaya, Yarabamba, Pocsi y Quequeña. Y andenes, comidas típicas, peleas de toros, petroglifos, iglesias coloniales, testimonios por todas partes de lo loncco.
El circuito se inicia en el puente de ingreso a Sabandía, lugar donde aún se conserva andenería de origen pre inca e inca, además se encuentra el molino de granos, que data del año 1621.
En el distrito de Characato, considerada tierra de gente tradicionalista por la cultura que aún se conserva, además porque es el origen de la nominación ‘arequipeños characatos’, se encuentra la iglesia de San Sebastián, construida en el siglo XVIII, manantiales de agua como El Ojo del Milagro y las tradicionales picanterías donde se preparan los platos típicos como el rocoto relleno, pastel de papa, picantes, entre otros.
En el distrito de Mollebaya, cuyo nombre deriva del árbol de ‘molle’, que abunda en la zona, hay una iglesia de la época colonial. Mientras que entre los principales atractivos del distrito de Yarabamba se encuentran las cataratas de Sogay.
Luego de ello, está el distrito de Quequeña, lugar donde hay ‘Petroglifos de Gayalopo’, pinturas rupestres de animales y humanos que habrían sido hechas por los primeros pobladores que habitaron en la zona.
En la plaza de dicho distrito hay un monumento a los Héroes de Quequeña que se enfrentaron a las tropas de Chile durante la Guerra del Pacífico, lugar donde se exhiben las prendas y armas que se vestía en la época.






Que llevar:

1.- Sombrero
2.- Ropa ligera de caminata.
3.- Agua (en envase retornable).
4.- Ropa de baño.
5.- En cuanto a la alimentación llevar si desea algún fiambre (hay restaurantes campestres).
6.- Todos los desechos generados serán retornados a nuestra ciudad como en todos nuestros viajes.


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